Además, nuestro kiwi Gold destaca por su suavísima piel, que es lisa, no tiene pelos e incluso se puede comer. La carne dorada de la fruta tiene a dulzura tropical con notas de mango, melón, cítrico y un toque de miel; los amantes de la gastronomía la consideran una delicia. Además de eso, el kiwi dorado tiene un alto contenido en vitamina C. Un solo kiwi contiene más del aporte diario que necesita un adulto.
El cultivo de esta variedad dorada tiene lugar en sus países y regiones de origen, al igual que su pariente de color verde. Necesita un clima cálido con al menos 240 días sin heladas. En el mercado europeo se ofrecen entre dos y tres variedades distintas a las que todos tenemos acceso.
Para saber si un kiwi está maduro, solo hay que apretar la fruta ligeramente con los dedos. Si cede un poco, significa que está lista para su consumo.
Los kiwis pueden conservarse durante un tiempo en la nevera sin problema. Sin embargo, hay que tener algo en cuenta: no se deben almacenar junto a otra fruta.
¡El kiwi Gold más suave combina bien con leche!
Puesto que el kiwi amarillo contiene poca actinidina, es una fruta ideal para preparar con productos lácteos sin que su sabor resulte tan amargo como el de su pariente verde. El sabor comparativamente más suave del kiwi dorado se debe, entre otros motivos, a su baja acidez.